Antiguo
Testamento
Esperar en Dios
“Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra” Salmo 37:9
Para algunos esperar es una actividad innecesaria, que no logra nada sino una perdida de tiempo. David, antes de ser rey, era un ciudadano común y corriente. Durante su vida tuvo numerosas situaciones donde aprendió a esperar en Dios. Una de sus experiencias mas poderosas fue cuando el rey Saul decidió matarlo. Esta decisión del rey vino como un reflejo de su propia inseguridad, no vino porque David le hubiera hecho algún mal. El rey era la autoridad de la region con ejercitos a su mando. Esto obligo a David a huir, meterse en una cueva y buscar toda clase de estrategias para salvar su vida. Sobre todas las cosas, aprendió a confiar en Dios. El no tenía ejercitos a su mando, el tenía a Dios y sabia esperar en El. Esta era una espera de fe. David tuvo varias oportunidades de matar a Saul. David era muy diestro con la espada, era un valiente que tenía experiencia en la guerra. En las oportunidades que tuvo de matar a Saul, lo hubiera sido como una acción justificada, porque lo habría hecho en defensa propia. David decidió esperar en Dios. Pensó había que respetar al rey por su posición y se abstuvo de quitarle la vida. Llegado el momento, Dios obró y quitó a Saul, con el toda su influencia. Saul, aunque era rey, demostró ser muy desobediente con Dios. Por todo esto Dios decidió quitarlo y además se fue toda su influencia. Esto fue una obra tan poderosa que David escribió un cantico donde decía: “Por cuanto en el esperaron…los librara y de los impíos” Salmo 37:40. David escribió numerosos Salmos y el tema de esperar en Dios resultó ser un tema muy sobresaliente. Esta espera no es una espera pasiva, es una espera de fe. Es la espera del que sabe que Dios quiere obrar y lo va a hacer. Dios va a hacer su obra a su tiempo y a su manera. Mientras tanto El pide que estemos quietos, tranquilos, sin desesperarnos. Esto le dar a Dios la oportunidad de El hacer su obra poderosa.
Milton Torres
Avivamiento I
“Si se humillare mi pueblo,sobre el cuál mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” II Crónicas 7:14
Los corazones religiosos, tienen la tendencia a volverse secos, fríos y rígidos con el tiempo. Desarrollan rituales que se vuelven aburridos e inefectivos. Pueden poner reglas,usos y costumbres innecesarios. Luego tratan de mover al cielo,pero ni la tierra se conmueve. La Biblia nos muestra soluciones efectivas para este problema:
1. Humillación: Hay que entrar en un examen interno concienzudo.En ocasiones le dimos mas importancia a nuestras las reglas religiosas que a obedecer a Dios. Luego esperamos que Dios se adapte a nuestras pretensiones. No nos dimos cuenta de que actuamos con soberbia. Por esta razón el texto dice que hace falta humillación.
2. Orar: La oración de verdad comienza con el sometimiento. Ahí pedimos con el corazón doblegado, listo para obedecer y para seguir lo que Dios dice. Esta oración es efectiva.
3. Buscar el rostro de Dios. Podemos hacer reuniones con música, ofrenda, mensaje y luego nada pasa del techo. Buscar a Dios en verdad quiere decir que vamos a ver, con diligencia, su presencia. En esta manera de operar dejamos nuestros esquemas aburridos para dar paso al mover de Dios.
4. Conversion genuina: Los corazones religiosos se pueden volver muy endurecidos y luego quieren impresionar a los demás. Dios dice que no esta impresionado. Eso paso con los que crucificaron a Jesús. Ellos creían que tenían todas las respuestas y cuando llegó el Hijo de Dios, lo trataron peor que a un criminal. Dios pide un conversión de verdad. El resultado de seguir estos pasos es impactante. Vea II Crónicas, Capítulo 7, verso 13 y 14 - "Los cielos cerrados se abren. Las enfermedades se sanan. La tierra se sana. Problemas como sequías se terminan. El poder de Dios se mueve."
Milton Torres
Avivamiento II
“y hubo una gran lluvia”. I Reyes 18:45
Cielos cerrados
Por la oracion del profeta Elías se cerraron los cielos y dejó de llover. Para una sociedad donde la economía se movía por medio de la agricultura, esto era el desastre total. Todo esto ocurría en la época del rey Acab y su esposa Jezabel. La promesa de los ídolos de Baal de prosperidad se convertía con rapidez en una mentira. Estos ídolos, fueron traídos a la fuerza por Jezabel. Para Israel siempre Jehová su Dios, había sido el Proveedor. Por siglos Dios no les habia fallado. De repente, el pueblo comenzo a titubear y comenzaron a postrarse ante los Baales.
Cielos Abiertos
Por tres años y medio, no hubo lluvia. Los arroyos se secaron y los campos fértiles pasaron a ser estériles. El profeta Elías convocó a los falsos profetas de Baal al monte Carmelo para una confrontación péblica. El solo retó a cientos de profetas a que públicamente hicieran bajar fuego del cielo. Por tres años y medio no habían podido hacer caer la lluvia y ahora tampoco pudieron hacer bajar fuego. Luego de reparar el altar, Elías oró y bajó fuego del cielo. Todo esto delante del pueblo. Luego de esta demostración pública, el pueblo cayó en convicción y gritó a una voz: “Jehová es Dios”. Se dieron cuenta de que los ídolos de los Baales con todas sus promesas eran una gran mentira. Este arrepentimiento hizo que la sequía cesara. Muy pronto comenzaron a aparecer pequeñas nubes, hasta que sobrevino la lluvia abundante tan esperada. Por el arrepentimiento del pueblo, los cielos se abrieron y llegó el avivamiento. Esto también puede ocurrir en el tiempo presente.
Milton Torres
En tiempos de crisis Dios obra
"...el Altísimo gobierna el reino de los hombres"... Daniel 4:17
Muchos desean saber si Dios está obrando en tiempos de crisis. La Biblia nos reporta muchos momentos donde Dios aparece en diversas maneras para intervenir en tiempos de crisis. En tiempos del antiguo imperio Babilónico, el rey era Nabucodonosor y luego su hijo Belsasar. Estos reyes eran muy crueles. Conquistaban otras naciones en forma despiadada. Podían sacarle los ojos y cortarle los pulgares a los reyes de las naciones conquistadas. Mataban y destruían a su antojo. Su
mandato era la ley que nadie podía cuestionar. Nabucodonosor conquistó a Jerusalén y luego destruyó el templo de Salomón y se llevó los utensilios del templo para ponerlos de adorno en su templo. Mató a muchas personas y a otros se los llevó para someterlos a la esclavitud. La soberbia de Nabudonosor aparece en el libro de Daniel, capítulo 5. Luego de todas sus crueles conquistas, comenzó a jactarse de como el mismo había construído al imperio Babilónico. Sufrió una seria enfermedad mental. En este tiempo Daniel trajo consejo profético, el cual fue de ayuda para el rey. Su hijo Belsasar, fue más soberbio y por eso perdió totalmente su poder. Su reino fue entregado a los medos y los persas. Aquí también Daniel trajo consejo profético en momentos de crisis. El problema con la soberbia es que esta es base para muchas clases de males. Las personas soberbias son abusivos, hacen trampa, se creen grandes y por eso son capaces de muchas acciones crueles y delictivas. En esos momentos de crisis, Dios levantó a Daniel, un joven traído del grupo judio que conquistaron. Con él estaba también Ananías, Misael y Azarias. Este Daniel vendría a ser un alto funcionario bajo varios reyes entre los cuales estaban Nabucodonosor, su hijo y luego Dario. Ellos tuvieron que luchar para ganarse la confianza de sus supervisores. Ellos demostraron una gran capacidad para aconsejar y administrar. Daniel oraba a Dios tres veces al día. Dios pudo usarlo a el y a sus amigos grandemente para traer consejo a estos reyes cuando otros sabios y consejeros no pudieron ayudar al rey. Dios le dio una gran habilidad para interpretar los suenos de estos reyes. Del mismo modo Dios va a levantar personas para usarlos en tiempos de crisis y traer la ayuda y el consejo necesario.
Milton Torres
Ayuda al necesitado
“Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová”. Salmo 41:1
Con frecuencia todos sabemos hacer regalos a nuestros amigos, a los conocidos y a los jefes. Con esto buscamos agradar, pero también ganar el favor de otras personas. Oportunamente nos harán un regalo en consideración, o tal vez se sientan agradecidos y nos brinden alguna ayuda. Todo esto esta bien. En ocasiones hay otro nivel de dar. Se trata de ayudar al pobre y al necesitado. El pobre no puede devolver el favor y lo más seguro no nos dará un regalo de vuelta. El pobre no tiene recursos para devolver las dádivas y no nos va a recompensar. Dios capta nuestras intenciones. Como el pobre no tiene con que ayudarnos, Dios nos va a ayudar de alguna manera. Los bancos reconocen cuando usted abre una cuenta de ahorros y le pagan intereses por su dinero. Usted deja su dinero por largo tiempo en el banco y este le dará una recompensa en intereses ganados. De la misma manera, Dios capta nuestras acciones para darnos la recompensa que el pobre no nos puede dar. El banco tiene recursos limitados pero los recursos de Dios son ilimitados y la recompensa de Dios puede ser muy abundante. El peligro es que, con frecuencia le pasamos por el lado al que esta necesitado y seguimos de largo. Es pobre, es mendigo, es inválido y además es invisible. Le podemos mostrar simpatía y lástima y luego no hacer nada aunque tenemos los recursos necesarios para ayudarle. Ahora tenemos por delante la gran tragedia del terremoto de la capital de Haití. Ante esta tragedia las naciones han sido conmovidas a salvar centenares de miles de personas del hambre y la muerte. Todos tenemos alguna ropa, zapatos, víveres y recursos que no necesitamos. Eso siempre podemos compartirlos con aquellos que estan en gran necesidad. Luego la recompensa vendrá de Dios en forma abundante.
Misericordia
“Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre todos los que le temen.” Salmo 103:17
En la época de los reyes de la antiguedad, cuando un rey colocaba su nueva dinastía, también eliminaba a todos lo posibles contrincantes. Estos serían todos los familiares del rey anterior, y a veces también algunos de sus propios familiares. Hacían esto para evitar que uno de estos familiares le hiciera la guerra para quitarle el poder. El rey David decidió no actuar con crueldad, sino actuar con misericordia. En una acción poco común para su época, el pidiá traer a algun descendiente del rey Saúl. Este último era el incumbente anterior, quien fue asesinado. Encontraron a uno que era lisiado. Su nombre era Mefi-boset, y al enterarse de la muerte de su abuelo Saul, salió huyendo en manos de una criada quien lo dejó caer produciéndole una incapacidad permanente en las dos piernas. David lo trajo ante su presencia. No solamente le perdonó la vida, sino que hizo los siguientes actos de misericordia:
1. Lo invito a comer a su mesa en forma permanente.
2. Le entregó propiedades de su abuelo, dándole oportunidad de tener un ingreso permanente.
David actuó así porque él captó que Dios es un Dios de misericordia y decidió ser como es Dios. Dios decidió enviar a Jesucristo, para borrar todos nuestros pecados. Dios decidio que es posible extender su misericordia a la humanidad. Mefi-boset no merecía la misericordia que David le otorgó. Nosotros tampoco merecemos la misericordia que Dios nos extendió a través de Jesucristo. Ahora, por medio de la fe en Jesucristo, podemos alcanzar la misericordia de Dios. Romanos 3:23, 5:1, 6:23
Visión adelantada
“…para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.” Génesis 45:5
En tiempos de crisis nos preguntamos si Dios está activo o está ausente. En tiempos antiguos, cuando Egipto era una potencia mundial y los faraones gobernaban, también surgieron momentos de crisis. En un sueño, Dios le hizo ver cosas misteriosas a Faraón. El no pudo captar el significado del sueño, pero vino alguien, que era un esclavo hebreo y confinado, para darle la interpretación. Este era Jose, hijo de Jacob, a quien Dios estaba preparando desde hacía mucho tiempo. El pudo dar la interpretación correcta del sueño de Faraón. Esta habilidad singular le hizo merecedor del segundo puesto en el reinado de Faraón. Otros consejeros del reino no pudieron aconsejar a Faraón en anticipación a la crisis. (Génesis captulo 41) Desde ésta posición José pudo preparar a la nación en los siete años de las “vacas gordas” o sea en la época de abundancia para cuando llegara la época de escasez. La crisis llegaría en forma de una sequía. En una sociedad donde todo se movía a base de la agricultura una sequía significaba la paralización de la economía, el hambre y la muerte para muchos. Muchos no se dieron cuenta de que Dios estaba preparando a alguien para traer gran liberación. Los hermanos de José no se dieron cuenta ni su papá, pero Dios veia en forma adelantada los peligros inminentes y estaba preparando a la persona indicada. Esta persona tendría la preparación necesaria, el carácter y los dones para proveer solución a la crisis. En esta situación había que trabajar en forma adelantada. No se podía esperar a que llegara la crisis para buscar la solucion, sino que la solución había que comenzar a trabajarla desde antes. Jose comenzó a guardar comida en grandes almacenes. Cuando llegó la sequía comenzó el hambre y la gente, desesperada, no sabía que hacer. Alguien en el gobierno había tomado medidas preventivas. Dios le había mostrado los peligros inminentes, y él preparó ayuda para miles de personas. Efectivamente, miles de personas se salvaron del hambre y de la muerte por el alimento que había guardado José. Del mismo modo, hoy día Dios ha estado preparando personas en forma anticipada. Estas personas tienen la preparación necesaria, el carácter y los dones para traer soluciones en medio de la crisis.
En tiempos de crisis Dios obra
"...el Altísimo gobierna el reino de los hombres"... Daniel 4:17
Muchos desean saber si Dios esta obrando en tiempos de crisis. La Biblia nos reporta muchos momentos donde Dios aparece en diversas maneras para intervenir en tiempos de crisis. En tiempos del muy antiguo imperio Babilónico, el rey era Nabucodonosor y luego su hijo Belsasar. Estos reyes eran muy crueles. Conquistaban otras naciones en forma despiadada. Podían sacarle los ojos y cortarle los pulgares a los reyes de las naciones conquistadas. Mataban y destruían a su antojo. Su mandato era la ley que nadie podía cuestionar. Nabucodonosor conquistó a Jerusalén y luego destruyó el templo de Salomón y se llevó los utensilios del templo para ponerlos de adorno en su templo. Mató a muchas personas y a otros se los llevo para someterlos a la esclavitud y a toda clase de vejaciones. La soberbia de Nabudonosor aparece en el libro de Daniel, capítulo 5. Luego de todas sus crueles conquistas, comenzo a jactarse de como el mismo había construido al imperio Babilonico. Sufrió una seria enfermedad mental. En este tiempo Daniel trajo consejo profético, el cual fue de ayuda para el rey. Su hijo Belsasar, fue mas soberbio y por eso perdió totalmente su poder. Su reino fue entregado a los medos y los persas. Aqui también Daniel trajo consejo profetico en momentos de crisis. El problema con la soberbia es que esta es base para muchas clases de males. Las personas soberbias son abusivos, hacen trampa. se creen grandes y por eso son capaces de muchas acciones crueles y delictivas. En esos momentos de crisis, Dios levantó a Daniel, un joven traido del grupo judio que conquistaron. Con el estaba tambien Ananías, Misael y Azarias. Este Daniel vendría a ser un alto funcionario bajo varios reyes entre los cuales estaban Nabucodonosor, su hijo y luego Darío. Ellos tuvieron que luchar para ganarse la confianza de sus supervisores. Ellos demostraron una gran capacidad para aconsejar y administrar. Daniel oraba a Dios tres veces al da. Dios pudo usarlo a el y a sus amigos grandemente para traer consejo a estos reyes cuando otros sabios y consejeros no pudieron ayudar al rey. Dios le dio una gran habilidad para interpretar los suenos de estos reyes. Del mismo modo Dios va a levantar personas para usarlos en tiempos de crisis y traer la ayuda y el consejo necesario.
El problema del sufrimiento
Job Capítulo 1-3
El problema antiguo del sufrimiento nos presenta varias facetas:
1. Es difícil sobrellevar las calamidades reales que nos ocurren a los seres humanos.
2. Es difícil explicar porque sufren las personas que son buenas.
El libro de Job nos presenta respuestas a estas interrogantes. A través del personaje de Job vemos el sufrimiento de alguien que era justo. Job era un hombre adinerado de gran influencia en su época. De repente perdió sus bienes materiales, perdió sus diez hijos y una enfermedad terrible descrita
como "sarna maligna" invadió su cuerpo. Vinieron tres amigos a consolarlo y le dijeron que su sufrimiento era castigo por sus malas acciones. Algunos piensan que todos recibimos lo que merecemos; si hay calamidades es siempre por nuestras malas acciones. La Biblia, a través del libro de Job y otros lugares, nos enseña que esto no necesariamente es asi. El mismo libro nos describe que Job era un hombre; " perfecto, recto y temeroso de Dios." Cap.1:1, 2:3. Además nos explica que aunque estaba muy afectado por las grandes perdidas que le vinieron, no se desmorono emocionalmente. Algunas personas han sufrido grandes quebrantos emocionales en los momentos difíciles. Esto es normal, pues somos seres humanos frágiles, que
en momentos difíciles podemos caer en depresiones y trastornos similares. En los momentos difíciles se ve de que material estamos hechos. Algunos no se pueden sostener. Job se sostuvo porque su fe era poderosa. Era un hombre bueno que tenia una profunda fe en Dios. Sus amigos lo culparon a el, sus familiares lo dejaron solo, las dudas viajaban por su mente de continuo, pero Job mantuvo su integridad. Algunos maldicen a Dios y se vuelven rebeldes y amargados. Job adoro a Dios. Job no estaba recibiendo lo que merecía; el estaba siento probado por Dios. Al final de su prueba Dios lo restauro, es decir lo premio por haber perseverado, por haber sido paciente. Sus bienes fueron aumentados al doble y Dios les dio hijos muy hermosos y muchos años para disfrutarlos a ellos y a sus nietos. Pudo sobrellevar su sufrimiento porque tenia una fe sólida y porque Dios lo sostuvo. El es un ejemplo de que muchas personas buenas sufren calamidades no porque hayan hecho algo malo, sino porque Dios tiene un propósito en todo lo que El hace. Dios no quería destruirlo al permitir que todas estas cosas sucedieran. El quería aumentar la fe de Job.